Un fósil erróneo reescribe por segunda vez la historia del subcontinente indio

Lo que al principio parecía un fósil de Dickinsonia (a la izquierda) se había descompuesto y empezado a desprenderse de la roca en pocos años (a la derecha), señal de que se trataba de algo mucho más moderno. Crédito: Gregory Retallack/Joe Meert

En 2020, en medio de los primeros cierres por pandemia, una conferencia científica prevista en la India nunca llegó a celebrarse.

Pero un grupo de geólogos que ya se encontraba en el lugar decidió aprovechar el tiempo y visitó los refugios rocosos de Bhimbetka, una serie de cuevas con arte rupestre antiguo cerca de Bhopal (India). Allí descubrieron el fósil de Dickinsonia¸ un animal plano, alargado y primitivo anterior a la evolución de los animales complejos. Era el primer descubrimiento de Dickinsonia en la India.

El animal vivió hace 550 millones de años, y el hallazgo parecía zanjar de una vez por todas la sorprendentemente controvertida antigüedad de las rocas que conforman gran parte del subcontinente indio. El hallazgo atrajo la atención de The New York Times, The Weather Channel y la revista Nature, así como de muchos periódicos indios.

Pero resulta que el «fósil» era un caso de identidad equivocada. ¿El verdadero culpable? Las abejas.

Investigadores de la Universidad de Florida visitaron el lugar el año pasado y descubrieron que el objeto se había descompuesto considerablemente, algo poco habitual en un fósil. Es más, el lugar está poblado de nidos de abejas gigantes, y la marca descubierta por los científicos en 2020 se parecía mucho a los restos de estas grandes colmenas.

La corrección del registro fósil vuelve a poner en entredicho la edad de las rocas. Dado que la formación rocosa no contiene fósiles de un periodo de tiempo conocido, su datación puede resultar difícil.

Meert afirma que las pruebas siguen apuntando a una antigüedad cercana a los mil millones de años. Su equipo ha utilizado la desintegración radiactiva de unos diminutos cristales llamados circones para datar las rocas en ese periodo de tiempo. Y la firma magnética de las rocas, que capta información sobre el campo magnético de la Tierra cuando se formaron, coincide estrechamente con las firmas de formaciones datadas con seguridad hace mil millones de años.

Otros científicos han publicado hallazgos que apoyan una edad más temprana. Es esencial comprender este periodo por sus implicaciones para la evolución de la vida en la zona y la formación del subcontinente indio.

«Se podría decir: ‘Vale, ¿qué importancia tiene que tengan 550 millones o mil millones de años? Pues tiene muchas implicaciones», explica Meert. «Una tiene que ver con la paleogeografía de la época, con lo que ocurría con los continentes, dónde estaban situados, cómo estaban formados. Y era un periodo en el que la vida estaba experimentando un cambio importante, de fósiles muy simples a fósiles más complejos».

«Así que tratar de averiguar la paleogeografía de la época es muy, muy importante. Y para averiguar la paleogeografía, tenemos que conocer la edad de las rocas», dijo.

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